Curioso, lo que sucedió puede explicarse de la siguiente forma.
El reloj indicaba las 11:11 p.m. justo yo entraba al salón de música, ya en casa todos dormían, solo yo los pasillos de ella recorría.
Observe al fondo del gran salón, ese piano que tantas veces había querido sentir, pero que nunca me decidía hasta de cerca admirar. Así que me acerque, deje el temor a un lado y llegue hasta el, sin cuidado alguno sus teclas fuertemente toque, y de mis latidos me lleve para componer.
Observe al fondo del gran salón, ese piano que tantas veces había querido sentir, pero que nunca me decidía hasta de cerca admirar. Así que me acerque, deje el temor a un lado y llegue hasta el, sin cuidado alguno sus teclas fuertemente toque, y de mis latidos me lleve para componer.
Regresando a donde verdaderamente debía estar, las cosas no pintaban igual, música, amigas, vestidos de noche, alcohol por todos lados, luces, voces, tacones, espejos y perfumes, era todo lo que me rodeaba, lo mas importante es que llevaba mi celular en mano, y lejos yo estaba porque me estabas hablando.
Todo iba a la perfección hasta que ella no llego, así que tardaste en decidir si realmente ibas a pasar, las horas pasaron, y si fuiste, justo cuando me iba, logre verte, conocerte, admirarte, y fue tan poco lo que vi, que aun sin conocerte, fuiste sentado en el sillón principal de mi mente.
Lucias radiante, y no logre verte por completo, pero tu sonrisa y ojos indicando timidez me calmaron bastante, y en ti encontré esa noche, la luz que buscaba para recuperarme nueva vez. Tu cabello estupendo, y tu voz que en esos momentos me confirmaba que eras dueño de unos sueños en los que tu cara no veía.
Las cosas que los días me fueron mostrando, fueron pruebas de que así cada día te seguiría pensando, pues es asombroso lo que con poco saber mas por ti me intereso, que no tengo temor si todo esto tiene un limite de tiempo para vivirlo y ser feliz por tan solo un momento.
By,
Candy VanderHorst ♥
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